Rabia, impotencia y tristeza son las tres palabras que mejor resumen el estado de ánimo de Nicolás S. G., un anciano de 80 años al que le usurparon su casa el pasado 23 de julio en la calle José Barberá Falcó, junto a la central de la Policía Local de Valencia. Una patada a la puerta y el cambio de cerradura bastó para que el propietario de la vivienda se quedara pasmado con una llave en la mano que ya no abre nada.
Fuente: Las Provincias
No puedo evitarlo, me indigno, no ya por el hecho de que le roben la vivienda a un hombre, en este caso particularmente indefenso debido a su edad, si no que la "justicia" no hace nada.
Vamos, que mañana le pegan una patada a mi puerta mientras estoy trabajando, me cambian la cerradura... y la policía no puede hacer nada.
Bien... ya lo tengo claro, si me pasa no llamaré a la policia, esperaré en el portal a que salgan (alguna vez tendrán que salir) y entonces seré yo el que ocupe sus cabezas con un buen palo contundente.
0 Anda c*ñ*!:
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