miércoles, 19 de agosto de 2009

Bloggeo bloggeo

Vaya vaya... tan poco tiempo y tantos sitios buenos que visitar... pero ej que realmente vale la pena dedicarles unos minutos - u horas - a estos genios que tan buenos ratos me dan.

Cómo por ejemplo el bueno de LL, más conocido por Lograi Luciernago, uno de esos pervertidos habituales del blog de jotacé, que, como el resto rezuma talento - y alcohol - por todos sus poros, y que ha tenido a bien el crear un nuevo blog donde podremos leer sus creaciones literarias.

Y hablando de gaditanos, no me puedo olvidar del amigo Carmelo, el Gaditano con Mayusculas, tan divertido cómo divertido, para leer sin complejos, y no sus preocupeis, en unos días las palabras dejan de estar borrosas y el dolor de cabeza remite.

Y desde luego no voy a dejar en el tintero a la buena de Libussa, cuyo blog es de visita obligada, y quiero decir obligada, para echar un buen rato, pero cuidado! a veces tiene la fea costumbre de lanzar pensamientos profundos que tal vez te hagan pensar... ten la aspirina a mano por si acaso.

Hay más, claro, pero tampoco es cuestión de ponerlos a todos juntos, ya es suficiente con dedicarles sólo unas lineas cuando se merecerian el post entero para cada uno de ellos.

Asín que ya sabeis, los visitais, y si os gustan - seguro que si - me invitais a una caña.


Gracias.

Granada, tierra soñada...





Por mi…. Mi cantar se vuelve gitano cuando es para tiiiiIII….

Hay ciudades que poseen algo mágico, un embrujo que va más allá de los monumentos o la simple belleza de sus calles, ciudades con un encanto especial que se respira en su aire, una magia única que las distingue de las demás.


Granada respira ese algo especial por cada uno de sus poros, con cada latido de su corazón, con cada inspiración de su centenaria vida.


Pero para verlo, por supuesto hay que querer verlo, ya que ver Granada no es el recorrido turístico, las fotos de siempre y jartarte cerveza y tapas, para disfrutar de verdad de Granada hay que pasear por sus calles, y Granada se presta a ello como pocas he conocido, mirar desde el paseo de los Tristes la mole imponente de la Alhambra y dejarse transportar al pasado, imaginar, recordar más bien a la gentes que hace siglos recorrían esas mismas calles, que pisaban esas mismas piedras y se apoyaban en esos muros, cientos, miles de personas, las batallas que se vivieron, los amores… mirar a las almenas del castillo e imaginar a la Princesa esperando a su príncipe.




















Y después, volver al presente, una caña y una tapa mientras aún degustas el sabor de la historia en tu paladar.

Este finde, por si no lo habéis notado hemos realizado una escapada a Granada, no es evidentemente la primera vez que vamos, pero me gusta ir por lo menos una vez al año, una escapada corta, un par de días.


Esta vez el hotel elegido ha sido el Palacio de los Navas, y he de decir que creo haber acertado y mucho con su elección. Se trata de un pequeño edificio en el mismo centro de Granada, rehabilitado hace poco y decorado con un gran gusto y detalle. Pequeñito, tan solo 19 habitaciones, lo que te garantiza un servicio personalizado y una atención al detalle.
El personal atento, la habitación una maravilla, con un set completo de amenities y cama doble muy cómoda, albornoz… en fin, de todo para tratarse de un tres estrellas.


El desayuno bastante bueno, sin las salchichas y el bacón que tanto me gustan, pero con un jamoncito, pates ibéricos, etc. que lo compensaban sobradamente.
Llegamos el viernes prontito y no tuvimos que esperar para acceder a la habitación, una ducha, cambio de ropa y a tapear, nada mas salir de hotel ya están los bares con sus terracitas, cerveza va, tapa viene, se come bastante bien por relativamente poco, andar un poco y parar en otro bar y así todo el día, ojo, ni se os ocurra parar en las terrazas de Plaza Nueva, que como en todas partes hay quien abusa, y las cervezas – sin tapa – en esas terrazas son bastante mas caras, así que nada, ha callejear.


Evidentemente pasamos una mijilla de caló, pero a 37 grados en Agosto en Granada… que quieres, aún así es un calor soportable, hasta las cuatro o las cinco en que la retirada táctica a la habitación con aire acondicionado se hace indispensable hasta las ocho de la tarde, cuando el calor desaprieta y el sol se oculta para coger fuerzas y freírte al día siguiente. Pero eso si, no te puedes retirar sin una visita a la calle de las teterias, y un buen café – o té, si te gustan esas guarrerias – acompañado de un dulce árabe – que no un árabe dulce -.



















Otra ducha, descanso y a salir. El viernes cenamos en el Gondoliere, pizzería favorita de Nanaif, donde por unos razonables 50 leuros cenamos más que bien, y eso que han cambiado la decoración y ahora parece un restaurante pijo, por suerte eso no ha mermado la calidad ni aumentado los precios ni disminuido la cantidad de viandas. La tarta de la casa hizo que Nanaif tuviera un orgasmo y la pizza picante hizo que se me saltaran las lágrimas.
Un par de mojitos por detrás de plaza nueva y a descansar…

Por cierto, que se nos pegó, bueno, a Nanaif, que tiene un imán para toda clase de frikis y zumbados, un individuo curioso que se me acercó para pedirme dinero para emborracharse aún más, asegurándome más allá de toda duda que no me defraudaría, puesto que consideré improbable que necesitara emborracharse mas, no le di nada e intenté seguir mi camino, sin embargo el buen señor insistió en invitarme a beber de una botella de vino con más mierda que alcohol y en explicarme que en las dos mochilas que llevaba – una detrás y otra delante – llevaba provisiones suficientes para hacer un gazpacho, y Nanaif, que se enrolla hablando hasta con las estatuas, las cuales la saludan y todo, colaboró a darle conversación preguntándole de donde era y tal… Me da pena, me dijo, que no tenga a nadie con quien hablar, sin embargo he de decir que nuestro nuevo amigo no tardó en hacer nuevas amistades y nos lo encontramos en la siguiente esquina de charloteo con otra pobre pareja, si, le puso los cuernos a mi niña a las primeras de cambio.



El Sábado más tapeo, esta vez en la Plaza de toros, lugar menos conocido turísticamente y por tanto con tapas más suculentas y a elegir, después de vuelta, descanso, ducha y helado obligado en Los Italianos, seguramente una de las mejores y más conocidas heladerías de Granada, si no de España.

Y es que son tantas las cosas por ver y disfrutar en Granada, el Albaicín, las Alcaicería, el Mirador de San Nicolás, la Alhambra, la Catedral, Reyes Católicos… modernidad y tradición, guiris y rastas, tiendas de moda y zocos árabes. Todo tiene cabida en la Granada.
Por cierto que en esta ocasión como íbamos de tapeo no lo hicimos, pero cuando vayáis a Granada – pues tenéis que ir – cenad en uno de los Cármenes que hay enfrente de la Alhambra, uno de mis favoritos es el mirador de Morayma, y es que aunque no es barato, vale la pena degustar su maravillosa comida mientras disfrutas de unas vistas inmejorables a la Alhambra, tanto de noche como de día.

Las afotos aqui


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