Poco quedaba ya del planteamiento original de serie, y el ir y venir de personajes en un intento de revitalizarla no parecía funcionar. La relación entre nuestro doctor mas capullo y la bellísima Adriana tampoco daba ya mucho mas juego. Así pues había que terminar. Y eso es bueno.
No hay nada peor que cuando un sería se mantiene en el tiempo mas allá de lo prudente solo por que tiene éxito. Los guiones se quedan sin fuerza, comienzan los saltos del tiburón (Mateo viendo muertos?) Y ya dejan de molestarse en explicar la desaparición de personajes habituales en la serie. (cual síndrome Chuck Cunnighan cualquiera) No, ante la bajada de audiencia en lugar de continuar el declive hacia un camino vacío y absurdo le han dado un final a nuestro Doctor. Un final algo apresurado, si. Pero final al fin y al cabo. Ojalá todas las series hicieran lo mismo!
Y quien sabe, tal vez algún día vuelva...
Que seáis felices Mateo y Adriana.