Mirandome el ombligo

En un acto de narcisista egomania me he puesto a buscar en Google mi propio nick, Gouel, infinidad de resultados (la inmensa mayoría sin nada que ver conmigo, obviamente) pero entre todos me ha llamado la atención un enlace a una discusión que había olvidado hace muchos años, por aquel entonces era bastante asiduo a varios foros de discusiones políticas e históricas y entre ellos uno donde por desgracia medraban los fascistas cabrones.

El hilo es este, por si os interesa. (perdonadme las faltas de jortografia)

Durante unas 8/9 paginas del foro se intentó defender la figura del malnacido Hitler, unos abiertamente, otros desde una óptica de supuesta equidistancia...

Y es esto último lo que me ha echo reflexionar.

La equidistancia es un error, es una atrocidad, el mero echo de pretender que víctima y verdugo se merecen el mismo trato es una aberración, y de eso se trata la equidistancia, de poner en el mismo nivel al que mata y al que muere, al que roba y al que es robado, de buscar algo bueno incluso a los mayores malnacidos de la historia, enfocándolo desde un falso punto de vista imparcial, pues la imparcialidad en estos casos no puede, no debe existir.

Me ha venido a la mente también una carta al director que leí hace unos días en el Diario Sur, un señor hablaba de enfocar desde otro punto de vista el tema de los piratas Somalis.

Imaginate - decía - que eres un pescador Somali, que ves como tus mares son esquilmados por pesca ilegal, como tu familia se muere de hambre, como extranjeros arrasan y se llevan todo lo tuyo, que harías entonces? etc etc..., basura, diria yo, una autentica perversión de la justicia criminalizar a la víctima por las acciones del verdugo.

Pero eso es lo que se lleva, es muy progre culpar de todo a las potencias occidentales, a los judíos, o a los barbudos, por decir algo, a cualquiera menos a los auténticos culpables, los piratas, los asesinos, los terroristas, todos aquellos que contribuyen a hacer este, nuestro mundo un poco (o un mucho) mas inseguro, mas difícil de vivir y mas feo de contemplar.