miércoles, 25 de agosto de 2010

He visto la Luz, y va a ser LEGENDARIO



Durante muchos años, toda mi vida adulta y la mayor parte de mi niñez y adolescencia he venido practicando el arte del no creer. He sentido durante mas tiempo del que puedo recordar un nada disimulado desprecio hacia toda clase de religión, todas en general me repugnan aunque tal vez por cercanía la que mas asco me ha dado siempre ha sido la religión católica. Tanta ha sido mi animadversión hacia esa fábrica de zombies tarados que cuando aún era un adolescente era capaz de cruzar de acera con tal siquiera de no pasar por delante de una iglesia. Vaya, si es que entonces era un autentico toca pelotas, anti sistema, pro anarquista y orgulloso simpatizante de IU "La autentica izquierda", sniff... cómo me emocionaba Anguita, ese genio de la pólitica... Pero bueno, que me voy por las ramas. La cuestión es que mi ateísmo está profundamente arraigado en mi interior, y lo defiendo con tanta pasión cómo cualquier otro defenderia sus más profundas creencias religiosas.

Creía, pues, que no existía conciencia superior, ninguna sabiduría celestial que nos guiara a nosotros, pobres mortales, a través de este absurdo viaje por el inagotable universo. Creía que no existían ni dioses ni demonios, ni luces ni sombras mas allá de las que somos capaces de arrojar nosotros mismos en nuestra desesperación y soledad.

En el pasado recé sin tener respuesta,
Oré sin recibir ayuda.
Maldecí, siendo castigado...

Pero que equivocado estaba, ahora lo sé. Ahora lo entiendo, ahora veo la luz.

He visto a Dios y el me ha hablado.

He visto a Dios y el me ha sonreído.

He visto a Dios y El me ha contestado...

I´m AWESOME!



Chocadla!



Alabado sea Barney!

Loado sea Barney pues EL, en su infinita sabiduría nos guiará...

Y va a ser LE-GEN-DA-RIO



martes, 10 de agosto de 2010

NO SIN MI HIJO




Navegando navegando, no estoy muy seguro de cómo acabé desembocando en un foro llamado “Crianza Natural” (no se por qué esperaba encontrarme con la mejor forma de criar un pastor alemán. o tal vez belga) un punto de encuentro de “mamis” tan orgullosas de serlo que toda su vida parece girar en torno a los peques, luces de su corazón, alegría de su entretetas. Alguna de las firmas (que no reproduciré por respeto al personal) daban autenticas ganas de vomitar por lo empalagosas, pero en fin… La cuestión es que estuve ojeando un rato, cotilleando y leyendo buena parte de los mensajes. Algunos hilos resultaban bastante interesantes, sobre todo para alguien como yo, totalmente ajeno al mundo de la paternidad (gracias a los dioses).

Entre todos estos hilos uno llamó poderosamente mi atención. “ Se ruega no llevar niños” una madre indignada (algo que daría miedo al mismísimo Freddy Krueguer) contaba cómo había recibido una invitación a una boda, donde, Oh escándalo! Pedían los novios que por favor no llevasen a los niños.

Acto seguido a este mensaje se sucedieron una autentica avalancha de criticas donde un ejercito de “mamis” aseguraba que ellas sin sus niños no iban a ninguna parte, que que poca vergüenza poner eso en una invitación, que una boda es un sitio ideal para los niños y que si no quieren niños no los inviten directamente, o si no se pueden permitir el pagarles los cubiertos extras, pues que hagan una boda mas barata… que ellos son un “pack” todo o nada. NO SIN MI HIJO.

Bueno, tócate los guevos…

Voy a decir algo tremendamente anti políticamente correcto, voy a entonar el mea culpa y flagelarme con un calcetín sudado. NO ME GUSTAN LOS NIÑOS, bueno, para ser más exactos, me gustan los niños… un ratito, y siempre y cuando los padres los tengan bien educados y no den por culo. Por que admitamoslo, los niños dan un por culo tremendo, en particular en las bodas. He estado en unas pocas, e incluso en algunas de ellas me ha tocado compartir mesa con papis y bebes con cochecito y todo… y venga hombre, no me jodas que no molestan. Que si lloran, que si no puedes fumar, que si están todos tan ocupados haciéndole monerías al renacuajo que tienes que entablar conversación con el florero… en fin.

Pero que no se me malinterprete, no es que crea que los niños deban de ser apestados perseguidos e internados en campos de alta seguridad (bueno, al menos no todos) es sencillamente que hay lugares y momentos para niños y otros que no lo son. Y hay bodas y bodas, y quien debe de decidir si su boda es lugar para críos SON LOS NOVIOS, que al fin y al cabo son los que montan el sarao, dos adultos que hacen una fiesta y deciden que tipo de fiesta es, y por supuesto deciden si quieren que los niños molesten a sus invitados. Por que digan lo que digan las mamis del “pack” los niños molestan, a mi me molestan. Tanto que en mis pasadas vacaciones en Mallorca elegí un hotel donde no admitían niños. Si, me costó mas caro que otro de similares características pero con niños, pero hay mi alma! Que dinero tan bien empleado!
Nada de lloros, ni gritos, ni cochecitos estorbando en el comedor, nada de críos saltando sobre ti en la piscina ni gritando por la noche.

Aunque para ser aún más sincero, los niños no son algo que me molesten por si mismos, en realidad me llevo bastante bien con ellos, principalmente (creo) por que no los trato cómo a retrasados mentales, si no como a seres humanos, enanos, si, pero seres humanos al fin y al cabo, les suelo hablar cómo hablaría a un adulto (mas o menos) y me encanta jugar con ellos (tal vez por que así siempre gano). No, los que realmente me molestan son las “mamis” y los “papis” que llevan el fruto de su vientre Jesús (a no, que eso es otra cosa) el fruto de su vientre, cómo decía, por montera. Como si el hecho de tener un vástago les concediera un estatus superior al del resto de la humanidad. Con su hijo pueden colarse, molestar, gritar y mirarte de arriba abajo con desprecio, cuando les indicas amablemente que lo están haciendo (molestar). Por que naturalmente no les cabe en la cabeza que a ti no te guste su hijo, o mejor dicho, que no te guste que su hijo esté saltando sobre ti en la playa, salpicándote en la piscina o pegándote golpes en el asiento de atrás del restaurante. Cuando tu lo único que quieres hacer es descansar un rato, tener una charla, fumarte un cigarro o beberte una botella de vino en buena compañía contando chistes guarros.

Pero ya el colmo es que encima pretendan meterte a sus hijos hasta en tu propia boda, negándote el derecho de decidir que tipo de celebración prefieres, cómo, donde, a que hora… o si quieres que una tía en bolas salga de la tarta de novios (nota para mi mismo; anotar eso).



En definitiva, no tengo hijos por que no quiero, así que no veo la razón de tener que aguantar a los hijos de otros, por mas que sus particulares universos giren en torno a sus adorables retoños, el mío gira en torno a Nanaif y a mi mismo, su seguro servidor. Egoista? Antinatural? No, lo siento, no uso de eso.

Si a las bodas sin niños
Si a los restaurantes sin niños
Si a los supermercados sin niños


*Gracias a blog de humor por la foto

Lo cual me recuerda un capitulo buenísimo de Los Simpsons donde sale adelante un moción popular para vetar a los niños.

domingo, 8 de agosto de 2010

El viejo y el sauce




Buenas tardes, si me permiten presentarme, mi nombre es Paco, conocido desde hace 30 años como Paco el Churrero, si, lo han adivinado. Soy panadero. Que nooo, es broma, soy el dueño de Churrería Paco, si vienen por mi tierra pregunten por Churrería Paco, todos la conocen. Y mi trabajo me ha costado!. Recuerdo hace veinte años... Yo trabajaba en una fábrica de coches desde que tenía memoria, formaba parte de la cadena de montaje y odiaba cada segundo que pasaba allí. Yo lo que realmente quería era hacer churros, desde pequeño esa había sido mi mayor ilusión. Dirán ustedes que es un sueño un tanto peculiar, que los niños quieren ser médicos, o bomberos, pero yo sabía lo que quería, quería ser churrero.
La cuestión es que por avatares de la vida comencé a trabajar en la fabrica de coches en la que mi padre llevaba toda la vida y donde murió dos años antes de jubilarse en un estúpido accidente de la cadena de montaje. Y yo... yo no pude más. Diría que vi la luz apagarse de los ojos de mi padre, pero mentiría, la luz de sus ojos se había apagado hacia ya muchos años sumido en un trabajo que lo embotaba hasta que toda la ilusión y las esperanzas acabaron muriendo en el. Y mientras lo acompañaba en la ambulancia, sabiendo que no llegaría con vida al hospital, juré que eso no me pasaría a mi, no desperdiciaría toda la vida en un trabajo sin futuro, condenándome a mi a una vida infeliz y a toda mi familia a una vida mediocre. Al día siguiente me temblaban las piernas cuando acudí al despacho del gerente para despedirme, en su honor intentó convencerme de pensármelo, creyendo que estaba en chock - y vive dios que lo estaba - por la tragedia de mi padre - me ofreció tomarme unos días libres, adelantar mis vacaciones, ir al medico de la empresa... pero yo estaba decidido a abandonar, sentía nauseas y un miedo atroz, pero estaba decidido.

Tres meses después inauguramos la churrería, Churrería Paco. Por dios, que orgullo, que recuerdos... y que miedo!. Había empeñado todo lo que tenia para alquilar aquel pequeño local, debía dinero a casi todo el mundo, invertido todos los ahorros que tenia y puesto como garantía del préstamo bancario el piso de mi madre. Si aquella aventura salia mal... bueno, en las interminables noches en vela pensaba en ello, en la locura que estaba cometiendo, y entonces volvía a ver el rostro de mi padre, consumido, gris... tan alejado del hombre vigoroso y alegre de mi niñez que casi podía llorar. Además, ya era tarde para arrepentimientos, ahora era el momento de trabajar. Y vaya que trabajé! De sol a sol, siete días a la semana, todos los días del mes, había tanto por hacer que las horas pasaban volando, limpiar, comprar, vender, abrir, atender a los clientes, cerrar, limpiar, contar, pagar... Mi mujer, bendita sea, venia a ayudarme cada vez que podía, y en sus ratos "libres" limpiaba casas y portales para colaborar en aquellos primeros meses en los que los números no querían cuadrar nunca.

Pero lo hicieron, el negocio salió adelante, los números cambiaron de color por fin. Tanto que pude contratar a un ayudante, Antonio, un chaval de mirada viva y muchas ganas de trabajar. Pasaron los años y el negocio siguió creciendo, contraté a tres personas más, Antonio se convirtió en mi encargado e hicimos varias reformas para ampliar la Churrería, nuevas maquinas más grandes y modernas, un local mas amplio... Bueno, las cosas iban viento en popa, como suele decirse. Cinco familias vivíamos a costa de mi querida churrería, y por fin pude mudarme de nuestro pequeño piso a un chalet en la sierra, nada ostentoso, pero bonito y cómodo. Cambié mi viejo R-12 por un mercedes y comencé a ir a restaurantes "buenos" e incluso un año nos fuimos mi mujer y yo de viaje a Punta Cana, dos semanas enteras de relax y lujo. Por que a todo esto el negocio seguía absorbiendo la mayor parte de mi tiempo. Confiaba en Antonio y los demás, claro, llevábamos juntos muchos años, pero la churrería era mi vida y no podía ni soñar en dejarla sola por mucho tiempo...
En definitiva, las cosas marchaban como miel sobre ojuelas. Hasta hace cinco años. Entonces llegó la Crisis. Al principio no me preocupé, no era la primero que pasaba y siempre había salido adelante, al fin y al cabo los churros no eran caros, no eran un articulo de lujo y mi negocio estaba enfocado a la clase trabajadora, precios asequibles y ambiente agradable, eran mi clave para que nunca me faltaran clientes.

Pero el paro aumentaba, así como los impuestos, los salarios, las luz, el agua... subía todo menos el precio de los churros. Y cada vez vendíamos menos y menos... en la vieja barriada ya casi todas las familias tenían al menos un miembro en paro, y en cada vez más, todos. Los churros se convirtieron en un articulo de lujo, algo que tomar los Domingos... con suerte. Ya no tenia trabajo para cuatro personas, claro, pero decidí aguantar un poco, los últimos años habían sido buenos y me resistía a despedir a nadie. Pero las cosas lejos de mejorar empeoraron, ya nadie entraba en Churrería Paco, la caja tenia telarañas, pero seguía teniendo que pagar los salarios a cuatro personas, la seguridad social, el IBI, el IAE, el asesor fiscal, la letra de las nuevas maquinas y el crédito de la reforma del local... Y, sencillamente ya no tenia mas dinero. Hablé con mi gente, ellos lo entenderían, durante veinte años habíamos sido casi como una familia. Si, ellos lo entenderían. Y lo entendieron, mas o menos, adelantaron vacaciones, renunciaron a las extras y los festivos... pero aún así no era suficiente. Sencillamente no había trabajo para tanta gente.

Yo sabia que el negocio podía ser viable... pero no con ellos, sus salarios eran grandes (cuando son años de bonanza es difícil decir que no a los aumentos de sueldo) y los beneficios inexistentes. La solución era dura pero simple. Tenia que despedirlos, "arremangarme" y ponerme al pie del cañón otra vez. Ya no era tan joven como antes, pero el trabajo duro nunca me asustó, y que los infiernos me llevasen si iba a permitir que el negocio de mi vida se me fuera a pique.
El problema? Bueno, a estas alturas no puedo permitirme el pagarles la indemnización, con sus salarios y su antiguedad... En fin, tengo puesto a la venta mi chalet, pero tal y cómo está el mercado inmobiliario no me pagaran por el ni la mitad de lo que vale, eso con suerte. Los bancos, que hace unos años me llamaban cada día para ofrecerme dinero que no necesitaba ahora ni tan siquiera me reciben. La única opción parece el cierre, venderlo todo y liquidar... creo que me quedará suficiente para no pasar calamidades, pero es duro, todo el trabajo de mi vida perdido... Y aún mas duro es ver las caras de mis trabajadores, no es que pueda culparles, no demasiado. Me ven con mi flamante mercedes, mis trajes y mi reloj de oro, saben que vivo en una casa grande con piscina y que cómo en restaurantes caros. Pero también saben que he trabajado duro toda mi vida para pagarlo, que lo tengo todo hipotecado en el negocio que nos da a todos de comer. Saben que lo he arriesgado todo en la churrería, si, ellos irán al paro, lo pasaran mal, si.... pero es mi dinero el que se ha perdido, mi sueño el truncado... sin embargo ahora, después de todos estos años me miran como a un especulador que se ha aprovechado de ellos en las vacas gordas y ahora, cuando vienen los tiempos dificiles huye con los beneficios. Beneficios... Ja! Todos se los han comido ellos, ya que han seguido cobrando cada mes, a pesar de que la caja estaba vacía al terminar cada jornada laboral, ellos, los bancos, el Gobierno... han acabado por ahogarme. Hace un año podría haber salido adelante yo solo con un par de los chavales. Hoy tal vez podría salvarme yo y esperar a tiempos mejores.


Mañana.... mañana cerraré el local, declararé la quiebra y me retirare. Mereció la pena? Si, sin duda, he sido muy feliz todos estos años, a pesar de todo. Es solo que... bueno, de haber tenido otras opciones. Churrería Paco seguiría viva.

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